Detective Fogoso

Posted on January 27, 2024 by Madam Q
Relatos Fantasias
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El detective Marcus entró a la oficina de su jefe con furia en los ojos, listo para enfrentarse a él por su trato injusto. Sin embargo, para su sorpresa, no encontró a su jefe, sino a su hijo, Alexander. Marcus quedó cautivado por la elegancia de Alexander, primero observó su reloj en su muñeca pero su mirada se vio involuntariamente atraída por el poderoso, delicioso y venoso del joven. El detective no pudo evitar notar cada detalle de su apariencia, desde su cabello perfectamente peinado hasta su impecable traje que resaltaba su esbelto cuerpo.

La oficina, envuelta en penumbras, el aire estaba impregnado de un aroma a madera vieja y papel envejecido, evocando recuerdos de tiempos pasados y aventuras por descubrir. El silencio era tan denso que se podía sentir la electricidad en el aire, como si estuviera cargado de emociones reprimidas y deseos ocultos.

Marcus podía sentir la tensión en el aire, mezclada con el aroma del cuero de los muebles y el sutil perfume del encantador joven.

Con una sonrisa juguetona en los labios, se acercó a Marcus y extendió la mano en señal de saludo. "Hola, soy Alexander", dijo con una voz suave y seductora. Marcus tomó su mano y sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo al contacto con la piel suave y cálida de Alexander.

Alexander se encontraba de pie frente a Marcus, consciente del deseo que había despertado en él, comenzó a jugar con su corbata, moviéndola de un lado a otro como quien acaricia un miembro grueso y vigoroso mientras lo observaba con una mirada desafiante. Marcus, un hombre dominante y amante de las mujeres por naturaleza, se encontraba irresistiblemente atraído por una idea que era inconcebible para él hasta este momento, la idea de ser perforado, desgarrado, atravesado, en fin, dominado por este joven seductor. Marcus no sabía de dónde o porque está tan indecente idea pero no sentía confusión, estaba decidido a dejarse llevar por ese instinto.

Cada movimiento de la corbata era deliberado y seductor, haciendo eco de las sensaciones que Alexander sabía que estaba provocando en Marcus. Sus ojos se encontraron, y en ese momento, el aire se cargó de electricidad. Alexander podía sentir la tensión sexual entre ellos, creciendo con cada segundo que pasaba.

Mientras continuaba jugando con la corbata, Alexander notó cómo los ojos de Marcus se oscurecían de deseo. Podía ver cómo su respiración se volvía más pesada, sus labios entreabiertos en anticipación. Era evidente que Marcus estaba completamente cautivado por la provocación de Alexander.

Con el vaivén de su mano en la corbata, Alexander podía imaginar cómo Marcus deseaba que fuera su mano la que acariciara su miembro, en lugar de la seductora tela. La tensión sexual entre ellos era palpable, y Alexander disfrutaba cada momento de poder jugar con los deseos de Marcus.

A medida que Alexander continuaba jugando con la corbata, su mirada se volvía más intensa y llena de deseo. Sabía que tenía el control sobre Marcus, y eso lo excitaba aún más. Podía sentir cómo su propio deseo se intensificaba, su cuerpo respondiendo a la tensión sexual que llenaba la habitación.

Marcus acariciaba el brazo de Alexander con suavidad, mientras este se mordía el labio inferior en señal de deseo. El aire estaba cargado de una tensión erótica que era casi palpable.

En ese momento, Alexander decidió llevar las cosas un paso más allá. Lentamente, soltó la corbata y se acercó a Marcus, su cuerpo rozando el suyo. Podía sentir el calor de su piel, la electricidad que pasaba entre ellos. Sabía que era el momento de dejar que sus deseos se desataran por completo.

Alexander, con una voz provocadora, reveló sus deseos más oscuros y sus fantasías más íntimas “quiero que me tomes”, dijo él quien parecía tener un poder magnético sobre Marcus.

La química entre era innegable, y ambos sabían que estaban a punto de embarcarse en un encuentro apasionado y prohibido hasta que finalmente, sus labios se encontraron en un beso ardiente y desenfrenado.

Así, en medio de esa oficina a media luz, Marcus y Alexander se entregaron a la pasión y al deseo, explorando cada rincón de sus cuerpos con avidez. La conversación, ahora convertida en susurros y gemidos entrelazados, se fundió con el sonido de sus corazones latiendo al unísono.

Alexander se dejó llevar por el deseo y se postró sobre el escritorio ofreciendo su culo para que Marcus lo penetrara, entregándose por completo a la experiencia.

Marcus se desabrochó el pantalón, tomó sus poderosos 18 centímetros y se hundió en Alexander, fue una deliciosa sensación el calor que la que se apoderó del detective mientras se deslizaba cada vez más dentro del Joven.

Cada movimiento, cada embate era una mezcla de placer y dolor, una vorágine de sensaciones que lo llevaban al límite de su resistencia y cuando estaba apunto de explotar, Alexander lo sacó de ese cálido y hermoso culo suyo de volteo y se arrodilló frente a Marcus quien esperaba una felación con esos suaves labios, sin embargo se vio sorprendido por el hábil movimiento con el que Alexander los llevaría al suelo, lo tomó de la coyuntura tras sus rodillas y con el hombro empujó al fornido detective que cayó con su propio peso y, aprovechando la inercia del movimiento, colocó las piernas de Marcus en su hombro, ahi lo hizo suyo.

Tomó su joven, poderosa y vigorosa Verga y se sumergió sin piedad entre las inmaculadas nalgas de Marcus. Con una mano tomaba ambas piernas mientras que con su mano derecha le regalaba una suculenta chaqueta.

Después de unas 12 maravillosas embestidas, Marcus estaba extasiado, chorreando, podía sentir su piel abriéndose bajo la presión, el sudor brotando de su piel dejando un rastro resbaladizo en el piso de la oficina, el pelvis de Alexander chocando con sus muslos, creciendo y explotando dentro suyo.

Alexander retira su humeda verga de sus nalgas, Marcus se siente satisfecho y liberado. Ha explorado sus deseos reprimidos y ha encontrado un nuevo nivel de conexión con su propio cuerpo y sus emociones.

El piso de la oficina queda marcado por el rastro de su acto , una prueba tangible de la pasión y el deseo que Marcus ha experimentado. Es un recordatorio constante de su capacidad para entregarse a sus deseos más profundos y vivir en el presente, sin inhibiciones.

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If you're going to lead a space frontier, it has to be government; it'll never be private enterprise. Because the space frontier is dangerous, and it's expensive, and it has unquantified risks.
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And under those conditions, you cannot establish a capital-market evaluation of that enterprise. You can't get investors.
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When you put money directly to a problem, it makes a good headline.
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When I look at the universe and all the ways the universe wants to kill us, I find it hard to reconcile that with statements of beneficence.
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